Islas Cícladas, el mejor reclamo de Grecia

Existe un universo turquesa en Europa que nada tiene que envidiar a las hermosas playas caribeñas. El cielo se refleja en sus límpidas aguas y la naturaleza en estado salvaje se esconde entre las muchísimas calas recónditas que salpican sus costas. Existe un mundo azul en el que soñar es muy fácil y dejar que los sentidos se difuminen con las olas se convierte en una obligación muy satisfactoria… Las Islas Cícladas nos proponen un viaje de ensueño. Situémonos en el mar Egeo y comencemos este recorrido acuático.

isla de Santorini

Postales de Santorini

Las islas

En las últimas décadas, las islas Cícladas se han convertido en las más famosas de todas las islas griegas. Y es que dentro de este conjunto de archipiélagos podemos encontrar desde islas tranquilas y reservadas en las que apartarse del frenético ritmo de vida actual, como la tranquila Ceos, hasta las más bulliciosas y animadas islas en las que las fiestas son interminables, como la archiconocida Míkonos.Y es que entre las muchas islas que acogen las Cícladas se pueden encontrar auténticos tesoros en los que disfrutar de unas vacaciones inolvidables. Sus nombres son Amorgos, Anafi, Ándros, Antíparos, Delos, Folégandros, Íos, Ceos, Kímolos, Sifnos, Milo, Naxos, Paros, Santorini, Serifos, Sifnos, Síkinos, Siros, Tinos y, finalmente, las conocidas como pequeñas Cícladas: Donousa y Kufonisia.

Santorini: una belleza única en el mundo

De naturaleza volcánica, esta isla es un paraíso para los sentidos. Los colores de esta isla se tornan para el viajero como un bello mosaico en el que se reúnen todos los tonos azules imaginables junto al blanco de las fachadas de sus casitas y al verde de sus agrestes paisajes. Lo que el turista encontrará en esta maravillosa tierra son playas volcánicas sin parangón, pueblos repletos de interesantes tradiciones y sus ricas especialidades gastronómicas. Si buscamos un buen alojamiento, no debemos pasar por alto Imerovigli, muy cerca de la capital y donde se encuentran algunos de los mejores hoteles de Santorini.

Merecerá la pena darse una vuelta por su capital, Fira, donde se ubica su famosa caldera geológica. Y de entre sus pueblos, gustarán especialmente Vounó Messa y Akrotíri por su interés arqueológico. Otros enclaves igual de importantes son Emporio, Pyrgos, Ammoudi Karterádes, Perissa, Perivolos, Finikia, Kamari, Monólitho, Megalohori y Messaria. De entre sus muchas playas, en Perissa y Kamari se encontrarán las más bellas, aunque en realidad no existe playa en Santorini que no guste y asombre.

Y cuando el estómago se queje, será muy fácil contentarle con lo mejor de la comida de la isla. Son numerosos los restaurantes en los que se comerá al más puro estilo griego, pero si se quiere acertar de pleno, en la capital se recomienda el Argo Taverna. Como recomendación, será una buena idea elegir aquellos platos en los que entre sus ingredientes se encuentre la berenjena blanca, ya que es un auténtico manjar. Igualmente sabrosos son las alcaparras, los tomates cherry, y para los amantes del queso, el «hloró Tyri», queso fresco autóctono elaborado con leche de cabra que está realmente delicioso… Y para acompañar la comida, nada mejor que un vino local. Conviene saber que las cosechas de Santorini tienen una notable fama. Así, el Mantilaria puede resultar una excelente opción.

Y ya que estamos hablando de vinos, si se tiene algo de tiempo, una excursión programada a las bodegas de la isla será otra fabulosa manera de conocer a fondo los tesoros que esconde esta isla.

Pequeña venecia de mykonos

La pequeña Venecia de Mykonos

Míkonos: la reina del egeo

Otro de los destinos preferidos del viajero es Míkonos. No en vano, su fama se la debe a sus reconocidos museos entre los que destacan el naval, el folclórico y en especial, el arqueológico. Si se desean ver templos, esta isla alberga algunos de los más bellos y así, en la capital se puede visitar la iglesia de la Santísima Virgen Paraportianí. Llaman la atención también el Barrio del Castillo, el Barrio de Castro y el emblema de Míkonos: los Molinos de viento. Pero imperdible debe ser la Pequeña Venecia. En ella, será un placer contemplar sus preciosas construcciones de madera y los balconcitos y pórticos de sus casas o perderse entre sus calles llenas de vida y alborozo. Esta zona es altamente recomendable para hacer un alto gastronómico. Los bares que la pueblan son tremendamente originales.

Para llegar a las mejores playas de la isla es necesario coger una embarcación desde el puerto, desde donde también se llegará a las islas vecinas. Desde luego, cualquiera será perfecta, pero en especial, los viajeros recordarán con especial cariño las playas de Psaroú, Órnos, Platis Yalós, Ayia, Houlákia, Agrári, Ánna y Kápari.

Dicen que con el mar entra hambre: si el viaje se realiza en pareja, el restaurante M-eating ofrece un ambiente romántico además de buena calidad. Y como siempre queda un hueco para algo dulce, los helados de Gelarte Ice Cream son otro de los caprichos que la isla proporciona a los más golosos…

isla de Syros, Cícladas

Syros aún es el tesoro por descubrir de las Cícladas

Isla de Siros: otra joya de las Cícladas

En esta otra isla se sitúa la «Manchester griega», pues así se conoce a su capital –Ermúpoli- que se granjeó este apodo gracias a su espléndida actividad económica. Esta isla es perfecta si se busca una combinación especial poco frecuente en la que la salvaje naturaleza y el urbanismo, de corte neoclásico, se abrazan en perfecta armonía. Y así, de entre sus paradisíacas playas, las aguas de Vari y Galisás son sencillamente únicas. También en Delagrazia y Posidonia sorprenderá la belleza de sus orillas.

Arqueológicamente, Calandriani será una parada obligatoria y en Platí Vuní aguardan sus famosas cuevas. Para culminar el viaje, en el golfo de Fínicas se sitúan Posidonia y Paracopi, dos pueblos que se consagran quizás como los más hermosos de la isla.
Y para terminar, como no podía ser de otra forma, la cocina tradicional griega es otro de los reclamos de la isla. En San Michalis se puede comer a buen precio y con la mejor calidad en Plakostroto mientras que si se busca un entorno más romántico el Kouzina Restaurant en Ermúpoli gustará especialmente.

En suma, un mundo por descubrir y sentir. Y lo mejor de todo es que si con estas islas no se ha tenido suficiente, todavía quedan muchas por descubrir que invitan al visitante a llegar hasta su orilla.