El Cabo de Gata es un paraje único en Europa. Un pedazo de África en el Mediterráneo occidental que se mantiene a salvo del azote del turismo de masas. Las escasas precipitaciones que se producen durante el año y su origen volcánico crean un paisaje sin igual, desértico y lleno de colorido a la vez.
Creado en 1987, el Parque Natural Marítimo-Terrestre de Cabo de Gata-Níjar cuenta con una superficie de casi 50.000 hectáreas protegidas y la UNESCO lo incluye dentro de la Red Mundial de Reservas de la Biosfera, por la increíble biodiversidad de sus fondos marinos y su superficie terrestre.

Costa del Cabo de Gata
Un breve repaso por la historia del mítico Cabo
Poblado desde el Neolítico por la cultura de los Millares y la del Argar, constituye un yacimiento excepcional para conocer los inicios de la Edad de Bronce. Después vinieron los tartessos, fenicios, cartagineses, griegos y romanos. Las minas de oro de Rodalquilar eran demasiado interesantes para dejárselas escapar. El Islam también dejó su huella por las tierras de Níjar. Sus costas sufrieron el azote de los piratas berberiscos. De todos ellos, todavía quedan vestigios, castillos, fuertes…
Ya en el siglo XX se convirtió en refugio hippie del que continúa siendo testigo la Cala de San Pedro. Y como no podía ser de otra manera, los excepcionales paisajes del Cabo de Gata han sido escenario de innumerables películas.
Algunas de ellas, míticas como Patton, Lawrence de Arabia, Por un puñado de dólares… En el Cabo de Gata, la inspiración le llegó a John Lennon mientras rodaba «How I won the war». Ringo Star también rodaría allí en 1971. Otro grande de la música, Joe Strummer, pionero del punk con los Clash pasaría largas estancias en estas tierras. Estímulo de artistas, paraíso mediterráneo, su embrujo cautiva a todo el que pisa sus tierras.

El legendario faro del Cabo de Gata
Playas del Cabo de Gata
Playas vírgenes y reducto de tranquilidad, interrumpida quizás en julio y agosto. De camino a las playas es habitual toparse con fortificaciones árabes, ruinas de cortijos y otros restos de su pasado entre piteras, palmeras y chumberas.
Sus aguas cristalinas permiten observar un sinfín de especies practicando snorkel. Las playas más famosas son la del Mónsul y la de los Genoveses. La primera muestra su origen volcánico con la inmensa roca situada en el centro que recibió a Indiana Jones en su última cruzada.
Al lado se encuentra la de los Genoveses, enclavada en una bahía de más de un kilómetro, rodeada de vegetación y dunas. Muy cercanas, las bellísimas Cala de En Medio y sus dunas fosilizadas, la del Plomo y la espectacular Playa del Barronal, paraíso de naturistas. Si bien, la práctica del nudismo es habitual en la mayoría de las playas y calas del Cabo.
El Playazo cerca de Rodalquilar cuenta con una bella panorámica de las montañas y de un castillo del siglo XVIII asentado sobre una duna fosilizada. Otra playa impresionante por su desnivel de 700 metros es la Playa de los Muertos.
Los pueblos del Cabo de Gata
Los pueblos más turísticos como San José y Carboneras acaparan las noches veraniegas más animadas. En Las Negras reina lo hippie y lo alternativo. Las aldeas de pescadores más auténticas se encuentran en Aguamarga o la Isleta del Moro. En el interior se encuentra Níjar, centro urbano del parque, así como otros pueblos pintorescos que bien merecen una visita.
Actividades en la zona del Cabo
Existe una gran variedad de rutas de senderismo o temáticas como la Ruta Cinematográfica, la Ruta Pirata o la de los Volcanes y las Flores. Imprescindible conocer las minas de Rodalquilar y desde ahí sumergirse en un entorno de montañas que se asemeja al Salvaje Oeste.
Siguiendo esta ruta se llega al misterioso Cortijo del Fraile, lugar en el que se basó Lorca para escribir sus Bodas de Sangre.
Las ricas profundidades marinas son un reclamo para submarinistas o para aquellos que deseen iniciarse en este deporte. Visitar el legendario faro del Cabo de Gata es una buena oportunidad para observar el increíble número de flamencos rosas y más de cien especies de aves diferentes que habitan en las salinas. Todo esto y mucho más es lo que ofrece uno de los paisajes más bellos del litoral mediterráneo español.