Los 5 mejores miradores de París

París nunca es tan bella como cuando se la contempla desde las alturas. La capital francesa cuenta con dos miradores icónicos, la imponente Torre Eiffel y la no tan apreciada, pero igualmente estratégica, Torre de Montparnasse. Sin embargo, más allá de ambos gigantes, París sorprende con un sinfín de observatorios desde donde la ciudad se extiende a tus pies, coqueta, con sus caos de tejados, chimeneas y monumentos despuntando en el horizonte.

Desde colinas hasta edificios, desde terrazas gratuitas hasta atracciones de pago, te propongo cinco lugares desde los que contemplar la ciudad de París sin perder de vista la Torre Eiffel.

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Desde los miradores panorámicos verás París a vista de pájaro. Foto: Angie Castells

1. Vistas de París desde Montmartre

El barrio de Montmartre ejerce un magnetismo especial en los visitantes. Quizás sea por sus callejuelas, por el aire de un pasado bohemio, por los pintores instalados en la Place du Tertre y por los románticos rincones que parecen esconderse a cada paso. Aunque, sin duda, otra de las razones que convierten este barrio parisino en un destino de visita obligada son las vistas desde la colina de Montmartre, que se eleva a 130 metros.

En la cumbre, la basílica blanca del Sacré Coeur es un buen observatorio, aunque si paseas por los alrededores, encontrarás decenas de miradores improvisados y gratuitos desde donde, en un día claro, obtendrás una panorámica de París inolvidable. Las escaleras que conectan las calles desniveladas de la colina son un pintoresco reclamo, así como los tejados y chimeneas de la ciudad, que se extienden hasta donde alcanza la vista. Desde allí también es visible, como no podía ser de otro modo, la Torre Eiffel, el gigante de hierro parisino.

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Vistas de los tejados de París desde Montmartre. Foto: Angie Castells

2. La terraza panorámica del Centro Pompidou

El colorido Centro Pompidou, inaugurado en 1977, expone una de las más amplias colecciones de arte moderno y contemporáneo del mundo, que incluye obras de artistas como Matisse, Miró o Picasso. Además de ser uno de los museos más visitados de París, el Centro Pompidou también es uno de los más fotografiados debido a su fachada, tapizada con largos tubos, ascensores y estructuras de distintas tonalidades. Las escaleras que dan acceso a las seis plantas del museo, recubiertas por un tubo transparente, cruzan horizontalmente el exterior de una de las fachadas.

Desde allí, a medida que asciendes, las vistas de París cobran una magia cada vez más palpable. Aunque la perspectiva más privilegiada de la Ciudad de la Luz queda reservada a la terraza panorámica de la 6ª planta, un lugar idílico desde el que puedes ver cómo la noche cae sobre París. La terraza exterior comparte espacio con el vanguardista restaurante Georges, donde probar las originales propuestas de cocina de fusión. La entrada para el museo, que da acceso a las exposiciones y a la terraza, cuesta entre 11 y 13 €; aunque si solo quieres subir a la terraza panorámica, puedes hacerlo por 3 € o gratis el primer domingo de cada mes.

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El Centro Pompidou cuenta con una bonita terraza panorámica. Foto: Angie Castells

3. El mirador del Arco del Triunfo

El Arco del Triunfo, construido bajo el mando de Napoleón Bonaparte, no necesita presentación. El majestuoso monumento aúna el pasado y el presente de la capital francesa y conecta, desde la plaza en la que se levanta, Charles de Gaulle, algunas de las avenidas más importantes de París. Por eso, su terraza ofrece unas vistas imponentes del paisaje parisino: sube sus casi 300 escalones y, a 50 metros de altura, la ciudad se desplegará a tus pies en todas direcciones, como una estrella. El Arco del Triunfo sirve de nexo entre el centro histórico de París, al que se llega a través de los Campos Elíseos, y el moderno distrito financiero de la ciudad, al que se accede a través de la Avenida de la Gran Armada.

Es un punto neurálgico de contrastes, pero también de caos: desde arriba, verás los coches esparciéndose hacia norte, sur, este y oeste, mientras por encima de los tejados despuntan la Torre Eiffel, la Torre de Montparnasse, la cúpula dorada de Los Inválidos o la basílica del Sacré Coeur, entre otros muchos monumentos emblemáticos de París. Subir al Arco del Triunfo cuesta 9,50 € (los menores de 26 años de la Unión Europea entran gratis).

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Desde el Arco del Triunfo, París se extiende a tus pies. Foto: Angie Castells

4. La terraza panorámica de las Galerías Lafayette

Las Galeries Lafayette, situadas en el noveno distrito de París, evocan el lujo y la elegancia de un bulevar clásico. A pesar de que son una de las mayores galerías comerciales de Europa, también invitan a una visita más allá de las compras. Sube por sus plantas circulares, articuladas alrededor de una cúpula de cristal que lanza destellos de mil colores, y en el octavo piso encontrarás una agradable sorpresa: una terraza panorámica gratuita. Aunque a menor altura que otros miradores, desde allí obtendrás unas buenas vistas de la omnipresente Torre Eiffel, el Sacré Coeur y la fachada trasera de la espectacular Ópera Garnier.

5. La cúspide de Notre Dame

La catedral de Notre Dame de París, construida entre 1163 y 1245 en la céntrica Isla de la Cité, es un emblema de la ciudad del amor. La entrada al templo es gratuita, y muy recomendable si quieres disfrutar de un momento de recogimiento entre cristaleras y grandeza. Pero Notre Dame también ofrece la posibilidad de ascender a la torre sur para contemplar París desde las alturas. El ascenso no es fácil, pues no hay ascensor y 387 escalones en la estrecha torre te separan de la cúspide, pero la recompensa lo merece.

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Vistas clásicas de París y el Sena desde Notre Dame. Foto: Angie Castells

Desde lo alto de este coloso gótico tendrás una vista espléndida del serpenteo del río Sena y de los puentes que lo cruzan; de la lejana Torre Eiffel; y también de las elegantes construcciones de la Isla de la Cité. Además, podrás acercarte a la campana mayor de la catedral, que data del siglo XVII, e imaginar el refugio donde vivía y hacía sonar las campanas el jorobado Quasimodo, protagonista de la novela Nuestra señora de París, de Victor Hugo. Todo ello bajo la atenta mirada de las gárgolas, que con su intrigante semblante de piedra parecen guardar las vistas de París. La visita a la cúspide cuesta 8,50 € (los menores de 26 años de la Unión Europea suben gratis).