Alcalá de Júcar es uno de los pueblos más bonitos de Castilla la Mancha situado en el suroeste de la provincia de Albacete.
Con una pequeña población de 1202 habitantes, la localidad se encuentra a tan solo 64 km de la capital de la provincia y cuenta con un casco histórico admirable, lo que la convierte en un destino ideal para el viajero de fin de semana.

Alcalá del Júcar, Albacete
Sin duda alguna, estamos hablando de uno de los pueblos más bonitos de España y de los más pintorescos de Albacete y muy probablemente de toda la península. Tanto es así que en el año 1986 quedó en tercera posición en un concurso sobre la mejor iluminación artística, solo detrás de la Torre Eiffel de París y de la Gran Mezquita de Estambul.
Pero ¿por qué esta pequeña localidad alberga un patrimonio de tal valor? Todo se remonta al siglo XII, cuando Alcalá de Júcar era una fortaleza musulmana. Formaba parte de una línea de defensa construida en las riberas del río para poder contener la presión que paulatinamente los reyes cristianos ejercían sobre el imperio musulmán en la península Ibérica.
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Por ello, esta localidad es una mezcla de un casco histórico de estilo más cristiano con restos árabes, algo que la convierte en un lugar único.
Qué ver y hacer en Alcalá del Júcar
Una vez que llegues a la localidad, puede ser que te preguntes: y ahora, ¿qué podemos visitar? No te preocupes, tenemos la solución. Sigue leyendo este post y descubre todos los planes y lugares que te recomendamos visitar en Alcalá del Júcar en esta mágica localidad.
El castillo árabe
Uno de sus principales atractivos es, sin duda alguna, el castillo árabe. Este se sitúa sobre una muela que queda formada por la hoz del río Júcar (el cual, como vemos, da nombre a la localidad).
El castillo fue construido estratégicamente en una zona alta de la población, lo que hace que las vistas desde él sean espectaculares.
Data de los siglos XII-XIII y era una fortaleza invencible frente a las fuerzas cristianas, hasta que en el año 1213 el rey Alfonso VIII fue capaz de recuperar definitivamente su dominio.
Debido a sus recientes obras de reconstrucción, la belleza del mismo luce en su máximo esplendor. Está formado por un torreón pentagonal y dos torres anexas de planta circular en los ángulos rectos, contando en su interior con tres alturas.
Además, en los alrededores todavía se pueden apreciar antiguos restos de la muralla primitiva.
La residencia de artistas
Esta pequeña localidad cuenta también con una residencia destinada especialmente a artistas, el primer centro con estas características de España.
Te recomendamos la visita a esta residencia, ya que vivirás en primera persona la convivencia de diferentes culturas y estilos artísticos en un enclave inmejorable.
La ermita de san Lorenzo
Entre las mejores cosas que ver en Alcalá del Júcar, se encuentra esta ermita data del año 1579, aunque debido a un hundimiento tuvo que ser restaurada en el año 1742. En ella podrás encontrar diversas pinturas y restos de decoraciones de estilo neoclásico.
La ermita se encuentra en pleno casco antiguo de Alcalá del Júcar, lo que le aporta una belleza extra.
La iglesia parroquial de San Andrés
Situada en la parte baja del cerro, en pleno casco urbano de Alcalá del Júcar. Esta iglesia es, sin duda, uno de los principales referentes de la localidad.
Su construcción data del siglo XVI, pero no se finalizó la misma hasta el XVIII, por lo que debido a ello encontramos en su arquitectura diversos trazos arquitectónicos, pasando desde el gótico hasta el neoclásico tardío.
Su estructura se compone de una única nave en forma de cruz latina, contando además con una bóveda gótica tardía.
En la cabecera podemos encontrar un crucero con cúpula que data del año 1767.
La aduana o el puerto seco
El puente romano de Alcalá del Júcar tuvo una gran importancia en esta población, especialmente en el periodo comprendido entre los siglos XIV y XV. Tanto es así que terminó por convertirse en el puerto seco o aduana del Camino Real de Castilla a Levante.
Merece la pena visitar esta zona, no solo por su belleza sino también por la historia que encierra.
La plaza de toros
Esta plaza es una de las más antiguas de España. Es un ejemplo de las construcciones de tapial, ya que cuenta con una forma irregular y no con el típico círculo que todos conocemos. Fue construida sobre un cerro y cuenta con unas 1000 localidades para el público.
Las cuevas de Masagó
Debido a la situación de Alcalá, la mayoría de las casas de sus habitantes se encuentran excavadas en la propia montaña, que tiene cuevas que llegan incluso hasta el extremo de la peña sobre la que se asienta el pueblo. Una de las cuevas más destacadas es, sin duda, la cueva de Masagó, llamada así en honor al fundador de la localidad. Esta es la cueva más antigua de la localidad, ya que data del año 1962.
Este entorno único fue picado a mano en la montaña, conservando el picado original. Piérdete en sus 110 metros de recorrido y observa las hoces del Júcar desde cualquiera de sus miradores o terrazas.
Además, puedes disfrutar de la gastronomía manchega en su restaurante. No te lo puedes perder.
Las cuevas de Garadén
Estas cuevas se encuentran muy cerca de la ermita de san Lorenzo y tienen una distancia de, aproximadamente, 40 metros de alto y 35 de profundidad.
Entre sus restos podemos apreciar uno de los pocos ejemplos de cueva fortificada por los musulmanes de la península.
Cuentan con 750 años de historia. A través de su mirador podrás tener una visión panorámica de la localidad.
Espacios naturales
Te recomendamos que des un paseo por los meandros del río Júcar, un corredor fluvial que supera los 40 km de recorrido. El paisaje te cautivará. Esta es la mejor opción si eres un apasionado de las caminatas.
El río Júcar atraviesa diversas zonas boscosas de robledal y campos de labor hasta llegar a formar un cañón de gran belleza en la zona de La Manchuela.
Después de todo esto, ¿todavía dudas de ir a conocer Alcalá de Júcar? No te pierdas el encanto de esta localidad y déjate enamorar por su magia.