Mítica, mágica, fascinante… Siena es una de las más hermosas ciudades de la bella Italia que se esconde en la región de la Toscana.
Eclipsada por la eterna Florencia, que le ganó la batalla urbanística por su mejor localización comercial, este rincón es un pequeño tesoro medieval que conserva en perfecto estado estructuras de esta época que combina con otros tantos elementos renacentistas y góticos.
Una ciudad en la que vale la pena perderse sin prisa y dejar volar la mente.
Una ciudad en la que todos los sentidos salen ganando y a la que siempre se desea volver… A tan solo una hora y cuarto del corazón de Florencia, Siena aguarda al visitante con gran impaciencia. Comencemos nuestro viaje.
Cómo llegar a Siena
La ciudad queda situada en el corazón de la Toscana, a unos 70 km de Florencia y podéis conocerla de tres maneras.
- La manera más cómoda de llegar a Siena es hacer una excursión guiada desde Florencia. De esta manera iréis acompañados por un guía profesional y también podréis conocer otras joyas cómo San Gimignano y Chianti.
- En tren. Con varias salidas diarias desde la estación de Florencia, en poco más de hora y media estáis disfrutando de Siena.
- En coche. Si estáis haciendo una ruta en coche por Italia, los pueblos más bonitos de la Toscana deben ser uno de vuestros destinos imprescindibles.
La Piazza del Campo y su característica forma de abanico.
Qué ver y hacer en Siena en 1 día
Lo mejor de Siena es que se puede recorrer a pie. Y así, disfrutar de todo lo que ofrece se convierte en un recorrido inolvidable que conquista desde el primer paso. Dependiendo del tiempo con el que contemos, podremos detenernos más o menos en los distintos enclaves de la ciudad. Y aunque solo dispongamos de un solo día, tiempo dará para llevarse una idea completa de su estructura, arte y gastronomía.
Para empezar, la Piazza del Campo se merece una parada obligatoria. Se trata de una de las plazas más célebres del mundo gracias a su espectacular -y única- forma de abanico. Llena de encanto, alberga en su interior algunos de los edificios más importantes de la ciudad. En ella se localiza el Palazzo Pubblico, o ayuntamiento, y en él se yergue su famosa torre: la Torre dei Mangia.
Y tras sus muros, se ubica el Museo Civico, donde se custodian célebres obras de Simone Martini, Guidoriccio y Lorenzetti.
Pero lo que sin duda deja sin aliento al visitante es el Duomo di Siena, situado en la Piazza San Marcos. Sin mucho que envidiar a la catedral de Florencia, los colores, el mármol y su inquietante equilibrio se imponen con fuerza para dejar sin aliento a los más escépticos.
Y tras esta joya arquitectónica, el Museo dell’Opera del Duomo bien se merece una visita, ya que custodia la obra más importante de Siena: la Maestà de Duccio.
Otros lugares muy interesantes, son la Basilica Cateriniana y el Palazo Piccolimini. Y para recobrar el aire que el arte nos haya robado, nada mejor que dejarse caer por el Orto Botanico dell’Università di Siena, un precioso jardín botánico, un oasis verde donde merecerá la pena posar los ojos.
Fachada de la Catedral de Siena (Duomo di Siena)
Comer en Siena; delicias toscanas
Seguro que, a pesar del empacho artístico, llega un momento en el que el hambre hace su aparición. No es para menos, pues si hemos conseguido resistir nuestro trazado con los exquisitos aromas que envuelven la ciudad, es probable que haya llegado la hora de obtener un merecido premio…
Y es que sin duda estamos ante una de las mejores ciudades del mundo para deleitar a nuestro paladar y satisfacer a nuestro estómago. Como en cualquier ciudad de la Toscana, las pizzas son famosas. Y su olor seguro que nos cautiva mientras caminamos por cualquier calle.
Pero lo que no debe faltar en el menú de esta visita es su famoso panforte sienés. Son también renombrados sus risottos al vino Chianti que podremos degustar especialmente en La Taverna di San Giuseppe en Via Giovanni Dupre. Si esta excursión se realiza con una compañía especial, la Antica Osteria da Divo en Via Franciosa hará las delicias de los enamorados con su romántico ambiente.
Y para poner el broche a una excursión memorable, nada mejor que deleitarse con las finas pastas típicas de la ciudad. Las de Nannini se han ganado un lugar de honor. ¡Mejor no resistirse!
El Panforte, es un dulce típico de Siena.
Y cuando el sol se ponga…
No hay que pagar nada por verlos, se pueden visitar todos los días y en cualquier época del año: son los atardeceres toscanos… Impagables y oníricos. Nada mejor que despedir esta visita con los colores del cielo quemando las cúpulas, las torres y los tejados rojos. Tras este viaje realizado a través de los sentidos, solo quedará un único deseo: el de volver de nuevo…
