La costa oeste de Irlanda destila silencio y paisajes agrestes. Mientras que el Reino Unido flanquea la isla desde el este, al oeste Irlanda está mecida solo por las aguas infinitas del Atlántico, que a lo largo de los siglos han moldeado las costas a su antojo.
Acantilados escarpados, islas poco tocadas por la mano del hombre, pequeños puertos pesqueros… La costa oeste de la bellísima Éire es tranquilidad y naturaleza en su estado más puro. Y allí, casi a la misma altura que Dublín pero en el extremo opuesto, encontramos Galway, una ciudad que combina todos los elementos esenciales para ser, a la vez, auténtica y turística.
Dos adjetivos que no siempre van de la mano, pero que conviven a la perfección en el caso de la colorida y pintoresca Galway, donde la paz del día a día es tan agradable como la vida cultural y los excéntricos festivales de arte que durante el año inundan la ciudad.
Si viajas a Irlanda y decides convertir Galway en tu puerto de parada durante unos días, en la ciudad del río Corrib tendrás ocasión de saborear la esencia de Irlanda, tanto la más pausada como la más enérgica, y de visitar zonas vecinas como los acantilados de Moher en excursiones de un día. ¿Qué hacer y visitar en Galway? He aquí unas cuantas ideas.
Que hacer en Galway; 5 ideas para disfrutar la ciudad
Piérdete por las calles del Barrio Latino y toma una cerveza en un pub. Como París, Galway también cuenta con un Barrio Latino. Salvando las distancias con la capital francesa, en este rincón de la ciudad podrás perderte por callejuelas serpenteantes, encontrarás tiendas medio escondidas donde buscar algún tesoro y, sobre todo, te invadirán los aromas y los sonidos que escapan de los bares y restaurantes tras las fachadas de colores.
Además de ser uno de los barrios con más encanto de Galway, cuando cae la noche el Barrio Latino también cuenta con un ambiente animado y acogedor, que te invita a sentarte en un pub irlandés al ritmo de la música tradicional y saborear sin prisas una pinta de Guinness fría. Murphy’s Bar, The Dew Drop Inn o Tig Cóilí son solo algunos de los pubs que encontrarás en la zona.
Visita la iglesia de San Nicolás y su mercadillo de productores. La iglesia protestante de San Nicolás se levantó en 1320, y desde entonces ha jugado un papel crucial en la vida de los habitantes de Galway. Y no solo de los irlandeses: cuentan que, antes de embarcarse hacia el Nuevo Mundo, Cristóbal Colón se refugió en esta iglesia para rezar.
Hoy en día, en la iglesia restaurada de San Nicolás se celebran conciertos de música clásica. Si te acercas a la nave un sábado, junto a la iglesia disfrutarás del mercado de productores de Galway, al que los comerciantes acuden desde hace siglos.
Hoy en día se venden productos frescos de alimentación llegados de los condados vecinos, pero también ropa, artesanía y comida lista para tomar en la calle si el día es soleado. En diciembre, el mercado de Galway se transforma en una feria navideña repleta de iluminaciones y productos para combatir el frío.
Recorre el Museo de Galway y el Spanish Arch. Muy cerca de la iglesia de San Nicolás, en dirección al río Corrib, junto a las antiguas murallas de Galway verás un arco que sirvió como extensión de las murallas y tiene un curioso nombre: The Spanish Arch, o El arco español. Aunque la denominación es reciente, los motivos del nombre provienen de siglos atrás, cuando muy cerca atracaban y se descargaban las mercancías provenientes de los barcos españoles.
Junto al arco, frente al río Corrib, se extiende el paseo The Long Walk, el más emblemático de Galway y uno que seguro que reconocerás de las fotografías y postales de la ciudad: frente al agua se alza una hilera de casitas de colores de tonos amarillos, blancos e incluso azules o naranjas de lo más pintorescas. Junto a El arco español se encuentra, también, otro atractivo de Galway, su museo municipal.
El Galway City Museum es un museo moderno y de entrada gratuita por el que merece la pena pasear. Desde las plantas 1 y 2 del edificio tendrás unas bonitas vistas del río y, además, podrás recorrer las exposiciones fijas, que cuentan la historia de la Galway prehistórica, medieval y moderna y ayudan a comprender las costumbres y tradiciones de la ciudad a través de arte y antigüedades.
Cruza el río Corrib y pasea por el South Park. A la salida del museo, cruza el río Corrib por uno de sus puentes y contempla la ciudad desde la otra orilla. Desde aquí tendrás una de las imágenes más clásicas de la Galway, las casas de colores frente al río y a los barquitos. Es un lugar donde se concentran un gran número de cisnes y otras aves, y siempre hay alguien dándoles de comer. Si sigues paseando siguiendo el río en dirección al mar, pronto llegarás a un enorme parque, el South Park.
No se trata de un parque acondicionado como el Kennedy Park, uno de los más céntricos de Galway, sino de una enorme extensión verde por la que pasear disfrutando de la calma del mar. Aunque el parque está resguardado por la bahía, aquí el Atlántico ya sopla con fuerza contra la costa, pero en un día tranquilo seguro que disfrutas sentándote en la arena y contemplando la infinidad del océano en este rincón apartado de Galway.
Contágiate del espíritu festivo del festival de arte. Uno de los mejores momentos para visitar Galway es en junio, cuando se convierte en una ciudad bulliciosa e imparable. Es momento de celebrar su multitudinario festival de arte, el más importante de Irlanda, que transforma las calles de la ciudad en escenarios improvisados.
Visita la ciudad en esta época y te será imposible no contagiarte del ambiente festivo y artístico, en el que cientos de artistas de todo el mundo celebran la escritura, el teatro, la música, los espectáculos y la comedia durante quince días y ante más de 15.000 visitantes.
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