En el noreste del mar Egeo y no muy lejos de la frontera entre Grecia y Turquía, emerge la enigmática isla de Samotracia (Σαμοθρακη –Samothraki). Forma parte del grupo de islas conocidas como las Esporadas, nombre que reciben por encontrarse dispersas y no formar parte de ningún archipiélago concreto. Se comunica con el continente mediante ferries regulares que parten de la cercana Alexandroupouli o de Kavala. A pesar de todos sus atractivos y de su interés paisajístico no ha sido invadida por el turismo de masas, por lo que se puede disfrutar de una tranquilidad inusual en otras islas griegas más famosas. La mayoría del turismo es nacional y su calma solo se ve ocasionalmente interrumpida por la celebración de festivales musicales en verano.
La Isla Sagrada
Los griegos aseguran que Samotracia tiene una magia especial. Si bien, suelen realizar esta afirmación de cualquiera de sus otras islas, y son muchas. Célebre por la estatua de la Victoria Alada de Samotracia que se conserva en el Louvre, su historia está vinculada a los ritos esotéricos de los cabiros, una secta religiosa prehelénica. Siendo Samotracia su santuario principal, parece que ha conservado el hechizo y su aire místico.
Aventurarse en sus montañas es absolutamente recomendable. Caminar por sus bosques saciará de bellos paisajes la vista del excursionista. No es extraño que los antiguos cabiros adoraran a los dioses en Samotracia. Su abundante vegetación infunde un halo mágico a un entorno en el que predomina el paisaje montañoso. Gigantescos bosques, hermosas cascadas y lagunas en las que darse un baño y bucear son algunas de las satisfacciones que se encuentran durante la caminata.
Playas espectaculares
Los viejos y enormes ejemplares de pino mediterráneo junto con los helechos llegan hasta el litoral y sus aguas cristalinas. La playa de arena dorada de Pachia Amos es la más accesible y frecuentada. Se encuentra en la parte este de la isla. Kipos, Fonias y Paleopoli son hermosas playas de guijarros. Pero, sin duda, la más bella es la playa de Vatos a la que solo se puede acceder por mar, de ahí que se respire un ambiente tranquilo y sereno. Para completar este paradisíaco entorno, la cascada Kremastos deja caer sus aguas al mar en esta playa.
Ciudades y patrimonio de interés
En la costa noreste se encuentra Kamariotisa, el único puerto de la isla. El yacimiento de la ciudad antigua de Palaeopolis, así como el Santuario de los Dioses se encuentran a unos seis kilómetros de esta. Allí se pueden contemplar los restos del mayor templo de la isla, donde se encontró la Victoria de Samotracia, de la que se puede ver una copia en el museo.
También en la costa, Terma es un hermoso pueblo donde la montaña, las cascadas y la vegetación son los protagonistas y que cuenta, además, con la bendición de las aguas termales que brotan de la tierra. A poca distancia en el interior, enclavada en una colina, surge Chora, una pintoresca ciudad en forma de anfiteatro que conserva algunas de las viviendas más antiguas del Mediterráneo. En la montaña, Profeta Elías regala una panorámica increíble de las islas de Imbros, Limnos y Agio Oros. Desde allí se contemplan unos atardeceres espectaculares.
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