La Costa Esmeralda en la italiana isla de Cerdeña es uno de los destinos mediterráneos más conocidos, gracias a sus hermosas playas y a la aglomeración de personajes de la jet set que la frecuentan.
Así en cualquier rincón, uno se puede encontrar con famosos de todo el mundo o conocer las villas privadas (desde fuera, obviamente) de futbolistas, estrellas de cine, personajes de la aristocracia o multimillonarios.
Una de las mejores cosa que debemos hacer en la Costa Esmeralda, es hacer un roadtrip por algunos de los pueblos más bonitos de Cerdeña, cómo San Pantaleo o Santa Teresa di Garulla, sin dejar de lado las pequeñas -y escondidas- calas y playas más hermosas que hemos visto en mucho tiempo.
Situada al este de la isla, su bello y espectacular litoral impresiona por sus parajes donde perder la vista. Aguas que cambian de color y gradación, jugando con el azul y el verde esmeralda que le da nombre, típicos matorrales mediterráneos y rocas de granito que crean relieves impresionantes son los atractivos de este paisaje singular.
El Norte de la Costa Esmeralda
Testigo de la presencia aragonesa en la isla, se levanta la torre Longosardo del siglo XVI en la pequeña ciudadela de Santa Teresa Gallura, en el extremo más al norte de la costa. Aledaña a la torre, la bella playa de Rena Bianca. En frente, nos encontramos con la Isla Mónica.
Siguiendo la costa se llega al Capo Testa que, sin duda, merece la pena conocer. Desde ahí se puede disfrutar de una vista excepcional de la Bahía de Colba y de Santa Reparata. Pero su principal tesoro se encuentra en sus cuevas de las cuales se extrajo la piedra destinada a las columnas del Panteón Romano.
Archipiélago de La Maddalena, playas para soñar
Parque nacional desde 1994, este archipiélago de la Costa Esmeralda, situado en el estrecho de Bonifacio, está formado por siete islas: La Maddalena, Caprera, Spargi, San Stefano, Budelli, Razzioli y Santa María, además de una serie de islotes que en total conforman unas 12 000 hectáreas.
Excepto por las tres primeras, el resto se encuentran deshabitadas y atesoran un conjunto espléndido de flora y fauna. Su excelente fondo submarino constituye un reclamo para submarinistas que acuden desde cualquier punto del planeta para conocer la magnífica colonia de cetáceos y las espectaculares formaciones subterráneas de granito.
Muchos viajeros optan por realizar excursiones de un día para conocer sus encantos. Por ello, en verano las increíbles calas de arena blanca de Caprera y Spargi rebosan turistas. Imprescindible conocer Budelli y sus playas de color rosáceo y las figuras esculpidas por el viento en la roca en Razzoli.
También se pueden visitar algunos museos y las minas de granito. La isla de la Maddalena se encuentra conectada mediante ferries con Palau y Porto Rafael. Otra opción es contratar visitas en barco para llegar a los rincones más bellos e inaccesibles del archipiélago. Conociéndolo se puede comprender por qué Garibaldi lo eligió para pasar sus últimos años.
La Costa Esmeralda más chic
La ciudad más grande de la Costa Esmeralda es Olbia. Es el punto neurálgico de las grandes personalidades que acuden a la isla, en buena parte debido a su aeropuerto, en el que curiosamente operan también compañías de bajo coste. Sin embargo, las poblaciones que más acaparan la atención de la jet set internacional son Porto Cervo y Porto Rotondo, ambas edificadas durante los años sesenta.
A pesar de intentar conservar su antiguo carácter pueblerino, Porto Cervo no puede evitar haberse convertido en un centro mundano donde se congregan los clubs más selectos y donde la animada noche sarda vive su esplendor más rutilante. Su célebre Yacht Club es un exclusivo puerto donde los grandes yates rivalizan en glamour. La zona más agitada se concentra alrededor del Porto Vecchio, donde se puede salir a la caza de grandes marcas y diseños exclusivos.
Por una ruta plagada de hermosas playas, suntuosas villas y campos de golf se llega a Porto Rotondo, uno de los centros de referencia de la vida nocturna de la isla.
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